Las numerosas naciones del Pacífico salpican con sus islas el mapa de esta parte del planeta, como si se tratara del estampado de una gran tela, y todas ellas tienen un magnífico denominador común, el relajante rumor del océano.
Si vas buscando la playa perfecta, la encontrarás, hay miles de ellas. Pero Oceanía no es solo para disfrutar de sus playas con de arena blanca, es para descubrir sus espectaculares costas para pasear con ese rumor del Pacífico como gran compañero.

Desde conocer a los marsupiales australianos, hasta encontrarse con la miríada de formas de vida de sus arrecifes y aguas, aquellos de vosotros que os decidáis a visitar este paraíso tendréis la posibilidad de conectar con una naturaleza que, de otra forma, solo veríais a través de los documentales de la 2.
Nadar en Australia junto a tiburones ballena, hacer una excursión por la jungla, zambullirse bajo una cascada en Fiyi, o abrir la boca de admiración ante los maravillosos fiordos y los picos nevados de Nueva Zelanda, son algunas de las joyas de éste tesoro natural.